Todos los años, El Mercurio elige a las 100 mujeres más destacadas del año. Hasta la fecha más de 600 mujeres, de todos los ámbitos del quehacer nacional, han sido galardonadas con este premio y Claudia Herrera, gerente general de Barraca de Fierros Carlos Herrera, lo ha conseguido dos veces consecutivas, en 2011 y el 2012.
Méritos para ella, los tiene de sobra. Hace 13 años se tuvo que hacer cargo de la empresa fundada por su padre, luego de su muerte. “Yo tenía a mis hijos chicos, recién entrando al colegio t de repente encontrarme con que se te venía este Titanic. El funeral fue un domingo y el lunes yo estaba en la oficina poniendo la cara ante toda esta gente que estaba histérica”, señaló Claudia a Alma de Acero,
durante una entrevista solicitada para conversar sobre su trayectoria a la cabeza de la empresa.
¿Por qué crees que te han dado dos veces este premio?
“Por el crecimiento de la empresa, yo creo que es por eso. Es una empresa que ha tomado mucho nombre, que nos ha ido bien dentro de todos los sacrificios y cambios que ha tenido el país”.
¿Es una ventaja o desventaja ser mujer en el rubro metalúrgico?
“Ni lo uno ni lo otro. Nadie me compra o vende por ser Claudia Herrera. Yo compito, estoy a la par con todo el mundo. No siento que exista ventaja o desventaja. Lo que sí encuentro bonito es tener 45 años y poder ver todo lo recorrido, es un tremendo camino.”
Tomó la empresa con 80 colaboradores y ahora tiene más de 200. Nos dice que partió desde abajo, atendiendo el mesón. “A mí nadie me cuenta cuentos en el tema de vender fierros. Cuando partí debo haber tenido unos 22 años y agradezco haber partido desde abajo”, señala.
“La gente me dice ¿qué haces tú ahí vendiendo fierro? Si tú me dices anda y vende decoración, quizás me gustaría, pero a mí me gusta esta otra cosa. Desafíos más grandes, cosas más rápidas, grandes montos, grandes decisiones”.
¿A qué crees tú que se debe todo este éxito?
A la perseverancia, al manejo de grupo. Tengo muy buena llegada, yo soy súper paciente. Una de las cosas que más me interesa es el respeto absoluto, de capitán a paje. No pasar a llevar a nadie, no permito que nadie, debajo de mí, pase a llevar a nadie y eso lo tiene que sentir la gente. Yo creo que eso es lo básico, que la gente te crea y te respete porque tú también los respetas a ellos”.
Claudia estudió arquitectura, pero confiesa que no terminó. Claro que esta veta se mantiene así, cuenta que ha tratado de dar un toque especial a sus sucursales, especialmente la que existe en la comuna de Cerrillos, “Ese terreno lo encontré yo. Además le di un toque para demostrar que el fierro no solo sirve para fábrica o galpón, el fierro se puede vivir. Mostrar que se podía hacer un poco más de diseño. En Cerrillos innovamos en galpón, portones, vitrinas. Es un poco más boutique de lo que uno puede pensar de una barraca de fierros”.
¿Qué más diferencia a Carlos Herrera?
Además del servicio personalizado que entrega la empresa a sus clientes, señala que “hay un tema súper particular, que a mí me gusta destacar, y es que nosotros nos llevamos bien con nuestros proveedores, aquí no hay rencillas. Obviamente hay negociaciones, pero todos los proveedores nos invitan con cariño. Eso para mí es un agrado y es un plus”.
¿Cuál es tu mayor orgullo de estos 13 años?
El crecimiento, el nombre. Haberle dado el nombre, la marca. El valor económico que tiene Carlos Herrera es un orgullo tremendo para mí. Además, quién puede hablar mal de nosotros.
, dos veces mujer empresaria destacada del año.
Todos los años, El Mercurio elige a las 100 mujeres más destacadas del año. Hasta la fecha más de 600 mujeres, de todos los ámbitos del quehacer nacional, han sido galardonadas con este premio y Claudia Herrera, gerente general de Barraca de Fierros Carlos Herrera, lo ha conseguido dos veces consecutivas, en 2011 y el 2012.
Méritos para ella, los tiene de sobra. Hace 13 años se tuvo que hacer cargo de la empresa fundada por su padre, luego de su muerte. “Yo tenía a mis hijos chicos, recién entrando al colegio t de repente encontrarme con que se te venía este Titanic. El funeral fue un domingo y el lunes yo estaba en la oficina poniendo la cara ante toda esta gente que estaba histérica”, señaló Claudia a Alma de Acero, durante una entrevista solicitada para conversar sobre su trayectoria a la cabeza de la empresa.
¿Por qué crees que te han dado dos veces este premio?
“Por el crecimiento de la empresa, yo creo que es por eso. Es una empresa que ha tomado mucho nombre, que nos ha ido bien dentro de todos los sacrificios y cambios que ha tenido el país”.
¿Es una ventaja o desventaja ser mujer en el rubro metalúrgico?
“Ni lo uno ni lo otro. Nadie me compra o vende por ser Claudia Herrera. Yo compito, estoy a la par con todo el mundo. No siento que exista ventaja o desventaja. Lo que sí encuentro bonito es tener 45 años y poder ver todo lo recorrido, es un tremendo camino.”
Tomó la empresa con 80 colaboradores y ahora tiene más de 200. Nos dice que partió desde abajo, atendiendo el mesón. “A mí nadie me cuenta cuentos en el tema de vender fierros. Cuando partí debo haber tenido unos 22 años y agradezco haber partido desde abajo”, señala.
“La gente me dice ¿qué haces tú ahí vendiendo fierro? Si tú me dices anda y vende decoración, quizás me gustaría, pero a mí me gusta esta otra cosa. Desafíos más grandes, cosas más rápidas, grandes montos, grandes decisiones”.
¿A qué crees tú que se debe todo este éxito?
A la perseverancia, al manejo de grupo. Tengo muy buena llegada, yo soy súper paciente. Una de las cosas que más me interesa es el respeto absoluto, de capitán a paje. No pasar a llevar a nadie, no permito que nadie, debajo de mí, pase a llevar a nadie y eso lo tiene que sentir la gente. Yo creo que eso es lo básico, que la gente te crea y te respete porque tú también los respetas a ellos”.
Claudia estudió arquitectura, pero confiesa que no terminó. Claro que esta veta se mantiene así, cuenta que ha tratado de dar un toque especial a sus sucursales, especialmente la que existe en la comuna de Cerrillos, “Ese terreno lo encontré yo. Además le di un toque para demostrar que el fierro no solo sirve para fábrica o galpón, el fierro se puede vivir. Mostrar que se podía hacer un poco más de diseño. En Cerrillos innovamos en galpón, portones, vitrinas. Es un poco más boutique de lo que uno puede pensar de una barraca de fierros”.
¿Qué más diferencia a Carlos Herrera?
Además del servicio personalizado que entrega la empresa a sus clientes, señala que “hay un tema súper particular, que a mí me gusta destacar, y es que nosotros nos llevamos bien con nuestros proveedores, aquí no hay rencillas. Obviamente hay negociaciones, pero todos los proveedores nos invitan con cariño. Eso para mí es un agrado y es un plus”.
¿Cuál es tu mayor orgullo de estos 13 años?
El crecimiento, el nombre. Haberle dado el nombre, la marca. El valor económico que tiene Carlos Herrera es un orgullo tremendo para mí. Además, quién puede hablar mal de nosotros.